October 27, 2007

Paraguas negro

Camino por la acera cubriéndome con mi paraguas negro. Un orificio asoma por su tela, el mango que antes relucía con el brillo del sol, ahora se ha opacado por el óxido que en él se ha formado, y mancha mis manos con su color ocre cuando lo tomo entre mis dedos. Pero aún así, es mi fiel compañero en esta larga travesía, aún cubre mi cabeza de la tierra y el polvo que se desprende de los viejos edificios, que ahora lucen pálidos y grises. De vez en cuando su deteriorada tela deja pasar un rayo de luz, que es opacado por una gran sombra que maniobra en los aires. La calma y el silencio de las calles sólo se ve perturbada por el andar de los grandes tanques, que acompañan a las ordenadas tropas que defienden la ciudad. A lo lejos también se escucha el coro de gritos de pequeños niños, que no tenían un paraguas para cubrirse, y que ahora yacen en el suelo cubriéndose de tierra sin que nadie los moleste.
Mientras sigo mi camino una mota de polvo ha caído sobre mi viejo abrigo, al querer limpiarla sólo consigo que se forme una mancha negra sobre mi hombro, y ahora me percato que no era polvo, sino pólvora lo que ha ensuciado mi abrigo. A su vez una mancha de color rojo se expande por mi brazo y llega hasta mi pecho, caigo mientras observo el cielo gris y opaco, a la vez que mis ojos se cierran lentamente, mientras observo a un viejo perro huyendo a lo lejos con mi paraguas negro en su hocico.

October 23, 2007

Rincones

Heme aquí en una modesta ceremonia. Entre letras de grandes escritores, colegas y amigos de antaño. Hoy no hablaré, dejaré que lo hagan las elucubraciones, versos y aforismos que emanados de su pluma han logrado perdurar en una realidad decadente, en un vaivén extravagante, se han aferrado a no morir. Tal galantería han demostrado que a mi peculiar y humilde criterio merecen el saco que desde ahora portan.


Desencuentros. Simplemente este lugar se sostiene por sí mismo, pues de la venganza en verso a la intimidad del rey en su alcoba, la cultura viene y va sin nunca poder culminar, a menos que sea la sátira e irónica posmodernidad.

Diálogos de Gánem. Tan ecléctico como un burgués de modestia sin igual, da pauta a la terapia de la razón. Un argumento que ¡Caray!, no siempre se reviste de burgués, sino de filósofo prominente.

Con sabor a Capucchino. Así como una buena taza de café por la tarde, al mirar una arboleda de palabras, un alcázar de versos y un castillo con grandes foros revestidos de razón, así se disfruta de este rincón.

El Método. He aquí a prominente literato, filósofo de antaño y pseudoracionalista no tan deprimido. Hilo conductor de la indiferencia leve, de la buena nueva y de la música también, a la vez que catedrático del XIX y su estética.

Meridiana. Rincón por demás ameno, escritoras proliferas, tan elocuentes y acertadas, no existe verso errado entre su prosa, lírica o elegía. Es aquí donde el verso supera la barrera meridiana.

Divagar en la niebla

Al pie de la luna marchita de un solemne acto de banalidad y pretensiones de años atrás, busca el acontecer de un inmemorial destino, aún incipiente, ingrato y turbio. Alabanzas las que has de hacer en honor de los grandes errores de la humanidad, fruto de las desgracias de los tiempos posmodernos, antaño placer de los orbes, entrar al argot de lo desconocido clama misericordia y benevolencia; la victoria entonces no ha sido sino el velo de las grandes religiones sobre los ignorantes desesperados de una masa decadente. Grandiosa rebelión la del ángel caído, más no derrotado y aún vivo en la guerra de los sepulcros, prominente aquél que descifre la palabra de los textos olvidados en los lúgubres rincones de un alma pérfida, mas han de saber que yo tampoco conozco la lucha del caído, pero si que algún día llegaré a recobrar las alas que perdí ante mi propia soberbia.

October 13, 2007

Perfiles

Amena compañía la que me producen las gotas de agua en un cristal, soberbia galantería la que se adscribe al perchero, aunque opacada por mi pretencioso porvenir o tal vez por el olor amargo de una taza de café vacía y por un cenicero repleto de indiferencia. Cientos de pensamientos derramados por el barniz del escritorio, otros penden de mi pluma, otros ya los he olvidado en frases y consejos, son huérfanos, o yo nunca los tuve, fueron esporádicamente míos, sólo un instante. Estoy desencantado, o ellos se desencantaron de mí, me repudian, pero aún me rezan, no porque me elogien o me alaben, no por darme a conocer mi perfección inalcanzada, porque aquello lo sé, no, me claman porque de no hacerlo los aplastaría cual insignificante arrogante y desagradecido, a pesar de que me pertenezcan y les pertenezca. Solitario, tal vez, pero siempre en discusión con mis imperfectos y pedantes versos arrogantes y embravecidos por el alcohol y mi embotada cordura subsumida a su deseo, al mío y al de su belleza.

October 09, 2007

Existencia Rutinaria

La felicidad, es una palabra, sólo eso, adscrita a la ferviente adolecencia de los grandes maestros, que corrompen la distorsionada razón de la intrascendencia. Si alguno ha de ufanarse en ello, ha de percatarse que ha sido y vivido engañado, mutilando su miserable acontecer. La felicidad es un engaño que embota los sentidos, es aquel estado hegemónico de la entorpecida razón y la incipiente voluntad, investida por una corrupta conciencia. Pero dirán con arduas voces, que mis palabras no tienen sentido, que son impías, insulsas, absurdas incluso. Entonces pido a aquéllos que se ostentan como felices, que me digan, qué es la felicidad, cómo alcanzarla, acaso a través del amor, pero una nueva duda surge a mi humilde pensar, qué es el amor; un sentimiento, la burda entrega hacia el otro, o sólo un velo más, con el que se cubren los males y pesares; a través de la alegría, que es tan efímera como esbozar una ficticia sonrisa, tan hipócrita como el viejo discurso romántico moderno. Ser feliz; lamento reconocerme como un simple espectador de ello, no lo conozco y tampoco lo busco pese a que me rodea, no me mira, pero tal vez, mirando la hora en el reloj tú me ayudes a encontrarlo o al menos a delinearlo dentro de un vaivén que no puedo explicar, sino por medio de mi propia y miserable esencia infeliz y desconcertante.

October 03, 2007

Retrato de letras

Derramarás desprecios por los ojos, consumirás el tiempo como el cigarrillo en tu boca, y no morirás, sino hasta que logre olvidar el desprecio y tu necia autocompasión. Te conoces, o disimulas o te arrepientes de haberte conocido; no estás conforme contigo misma, pero te admiras, te ufanas en tu propio ser miserable, incluso ha llegado a agradarte. El silencio avanza como una mancha negra hacia ti, te envuelve y te cobija entre alas de melancólica compasión, que rechazas, aborreces y aconsejas. Escribir a la candidez de la vida, de la mujer o a la altivez de tus composiciones extravagantes e increíbles, es sólo otro modo de decir que necesitas hablar de algo, con alguien, hablar, parlotear, simplemente charlar de tus anecdóticos y desprovistos fragmentos.

October 01, 2007

Amaneceres

Un traje, una corbata y un par de zapatos negros. Se miraba al espejo, la cadencia de sus ojos adormece el bostezo de su garganta, algo irritada por la bebida del anteayer. Una canción entra de la ventana vecina, una tonada melosa y algo mezquina, mas, agradable a la rítmica de mi desacomodado apartamento en una rústica y empedrada calle. Cambiantes como mi humor y mi vida, así la tonalidad de las petulantes nubes, a veces grises y malhumoradas, rojizas otras tantas y de un carmesí como la sangre de las rosas. El espejo aún me mira, los cordones de mi zapato derecho siguen desatados, mi corbata no luce presentable, mi saco falto de un botón; pero que más da, mi vida y mis letras nunca van a la calle a comprar hojas de papel o algo de café.