April 29, 2007

Pérdida

Heme aquí padeciendo una pérdida tan grande que es inexplicable, porque hoy que la he perdido jamás podre recuperarla, se ha marchado para siempre. Ni siquiera me percate de cómo sucedió, cómo es que paso, cuándo fue que saliste por la puerta estrecha de mi vida... Espera, ahora se presenta ante mis ojos un vago recuerdo. Fue una tarde de invierno, mientras me dejaba llevar por las alas de la indiferencia y los susurros de la indolencia, fue en aquella tarde invernal que te perdí. Desde entonces he estado a merced de la sociedad, de sus caprichos y sus vicios, quede al borde de los deseos y anhelos de los demás, y hoy sólo puedo culpar a una persona de tu partida, a mí mismo.

Desearía que volvieras, ahora me doy cuenta que la vida sólo es un cúmulo de ordenes cuando nos abandonas, solos y sin ti esperamos la siguiente instrucción para dirigir nuestras vidas, esperando que aquella nos conduzca a la felicidad. Inmensa melancolía invade mi ser, hoy me he dado cuenta que al perderte, no soy más que una marioneta esperando que los demás maniobren los hilos de mi vida.

April 26, 2007

Ahelando la muerte

Todos desean la inmortalidad. Desde el más insignificante hasta el más poderoso de los hombres. Creen que vivir para siempre es el más grande logro. Piensan que al no poder morir han superado a la naturaleza y a su Creador, se sienten con derecho de controlar todo lo que se encuentra a su alrededor. Pobres ilusos, yo les digo, que en verdad no saben lo que piden, pues no hay peor castigo que estar condenado a vagar por siempre en esta tierra desolada y estéril. Envidio a los que por fin han alcanzado el sueño eterno, ellos poseen el más grande tesoro de todos. A diferencia de esos pobres ilusos, mi más grande anhelo es morir, sentir el cobijo del descanso eterno alrededor de mi alma, deseo sentir el frío, pero a la vez cálido placer de no existir más en este mundo. Yo sé bien lo que es vagar eternamente, padecer una y otra vez el martirio de lo cotidiano, la desgracia de la indiferencia del mundo, y sobre todo cargar con el suplicio de vivir, cuando lo que en verdad se desea es morir.

Sólo diré una última cosa, mortales son unos insignificantes y soberbios seres, no tienen el poder que yo tengo, jamás alcanzarán a comprender mi conocimiento, no son más que escoria ante mi; sin embargo tienen algo que yo deseo, y por lo cual entregaría hasta el último suspiro de mi ser, poseen algo que yo seguiré anhelando por la eternidad y que jamás alcanzare. Ilusos los que crean que ser inmortal es la gloria, mas bien es el más cruel martirio, la verdadera gloria se alcanza en el trono de la tumba gobernado por el cetro de su
patriarca.


Desencanto

Siento desencanto por la vida, pues es larga espera para la muerte. Siento desencanto por el conocimiento que sólo trae consigo más ignorancia, pues sólo nos lleva a más interrogantes sin respuesta. Siento desencanto por el amor que sólo trae dolores y angustias. Siento desencanto por la paz, pues le quita al hombre la posibilidad de demostrar su honor y valentía. Siento desencanto por la felicidad, ya que no le deja lugar a la angustia y a la melancolía. Siento desencanto por el desencanto, pues lo único que nos deja ver es la realidad de que en verdad somos idealistas en un mundo propio, creado por el desencanto que sentimos hacia la vida, pero nos deja ver también que la vida, la hacemos nosotros, y que en verdad no somos nosotros los desencantados, sino la vida con nosotros.

April 15, 2007

Encuentro

Solo en la niebla hoy te encuentro. Finalmente he encontrado lo que tanto había buscado, al final he logrado vencer todos los obstáculos y pesares que en mi camino existían. Hoy entre la oscuridad de la noche, entre el frío viento y el más opaco sueño he descubierto lo más preciado en la vida; aún más anhelado que la muerte por el inmortal, incluso más valioso que las almas custodiadas por Cerbero. Hoy al mirarme en el gran espejo que suele ser la vida, me encontré, hoy puedo decir quien soy, sin temor a olvidar lo que nunca dejé de ser.

April 11, 2007

Vivir del elogio

Si sólo fuera la ovación móvil de mis escritos, entonces con franqueza puedo decir que cuando las palmas cesen de aplaudir y los coros dejen de cantar alabanzas, entonces y en ese momento mi arte y su belleza dejarán de existir, pues no hayan más una causa de existencia. Tal es el caso de todos aquellos que viven del ensalzamiento de su obra por parte de la crítica y de la glorificación de la misma por parte de la vox populli. Ellos y sus obras están condenadas a ser desechadas rápidamente, pues cuando todos los que la alabaron se olviden de ella o ellos dejen de permanecer en el mundo, la obra y su contendido se enterrará en la misma tumba fría y cobijada por la figura sombría del olvido, que los que hablaron laureles de ella.

En cambio aquél que como yo, sólo busca expresar la belleza del mundo y de lo que le merece esa cualidad, a través de las palabras plasmadas en escritos, sean prosa o versos de un poema, y a su vez sólo quiere cristalizar el sentir del momento, inmortalizar ese pensamiento producto del éxtasis del sentimiento, que proviene de lo bello y sus cualidades, logrará todo aquello. Y si consigue que al final lo plasmado en el papel refleje ese sentir y esa belleza que buscaba, entonces la alabanza vendrá por sí sola, como algo aledaño a la misma belleza, y al pensamiento y al sentimiento del
escritor.

April 01, 2007

Amor de Juventud

Penélope era el nombre de quien me enamoré,
cuando las hojas de los árboles caían en otoño.
Su suave y tersa piel era gloria en aquellas tardes,
en las que su noche iluminaba la húmeda mañana.

Las frías noches del invierno eran simples vientos
cuando tu mano tocaba la mía en la orilla del lago.
Aquél enorme espejo no podía dejar de mirarnos,
y no dejaba de contemplar tu belleza en su reflejo.

Recuerdo tu vestido negro, era una prenda única,
pero no por la tela, el encaje o el hermoso diseño,
sino porque con aquél vestido te conocí, con el me
diste el primer beso y con el siempre te recordare.

Hoy que he mirado por mi ventana la tarde otoñal,
he recordado, al parecer nuestro amor no envejece,
aunque el tiempo ha pasado por nosotros, aún veo
en ti a la bella joven del vestido negro que me ama.