June 26, 2011

De Retazos No Vive el Hombre

Cada uno de los pequeños recuerdos que cada uno conserva en lo más recóndito del inconsciente, son solamente eso, recuerdos. Son como las hojas de los árboles que se acumulan en el suelo otoñal, que sin seguir un parámetro predeterminado, se acumulan hasta convertirse en un montículo más o menos definido, pero, tan frágil que hasta el viento más sutil puede desmoronarlo y convertirlo en un incontable número de pedazos que se riegan por ahí y por allá, que vienen y van, encontrando a diferentes personas, que caminando por la calle, o recordando bajo la desnuda copa de los árboles, reviven a la reflexión, tratan de explicar por qué las hojas caen, por qué sus recuerdos desaparecen con el devenir frío de los años, pero aquellas respuestas se ven negadas, se escapan como el agua entre las manos, y será porque a veces lo más obvio puede resultar lo más difícil de comprender. Tratar de entender los retazos de un viejo periódico, de un libro, de una partitura, es tal vez más difícil que tratar de entender por qué hemos perdido la capacidad de imaginar, de crear, de innovar, de asombrarnos, y es que darle sentido a un trozo viejo de papel, es como querer entender las cosas siendo un escéptico carente, esperando que las hojas del otoño lo expliquen cada vez que las miramos al pasar por la calle que nunca hemos recorrido, no por falta de conocimiento, sino de esfuerzo.

May 24, 2010

Hijo de la Modernidad

Creer, dicen algunos, es un acto de fe. Para otros es simplemente un estamento escatológico, y para otros tantos, solamente una palabra que no tiene ninguna referencia en la praxis. Y a que se debe toda esta labia, tal vez y en buena medida, a que somos hijos de un sistema irracional y pragmático desde su concepción y hasta cristalizarse en la replica y en la crítica social sin teleología alguna, o por lo menos así la han concebido sus propios hijos. La evolución ha pretendido ser la explicación universal de una sociedad decadente, de una cultura ensimismada, de una decepción generalizada, de la ruptura de conceptos y creencias, de la creación de tabues, en general de la creación de una cosmogonía, que trasciende la creación, el mundo, al Creador, para centrarse en algo más, no sé si más importante, tal vez más antagónico, devaluado, e incluso olvidado; la concepción que de sí tiene el hombre. Y algunas réplicas se levantarán incluso desde los nueve círculos que Dante ha descrito, pues de eso ya se ha encargado el Renacimiento, de develar que el centro del mundo no es Dios o Helios, sino el hombre. Mas hoy puedo confesar como desertor del racionalismo e hijo dilecto de su contraparte que el hombre ya había sido el centro de todo, de su propio odio, de su propia ingratitud, y ha terminado por convertirse en la presa de un lobo que lo acechará hasta verle en sus fauces jadeando por una última oportunidad de reivindicarse.

May 23, 2009

Del amor olvidado

En aquella ocasión no tuve la oportunidad de decirte cuanto te amo, porque esa palabra ha desaparecido de mi lenguaje y a pesar de ello aún pretendo conquistarte, para que veas en mí la figura añorada del cariño, de la comprensión, de se amor en el que tú tampoco crees.
No puedo protegerte, porque siempre has conseguido lo que quieres, esté o no contigo, porque olvido que nunca me necesitas, y que tal vez lo que quisiera que vieras en mí es un hombro donde recostar tu cabeza, un confidente que jamás te juzgará, un amigo que a pesar de tu rechazo seguirá a tu lado, un amor en el que ya no crees, y tampoco te interesa.
Quiero abrazarte, pero al igual que yo, tus brazos sólo acogen tu orgullo, pretendiendo ocultar tu miedo al amor que has olvidado. Quiero besarte, pero mis labios solamente pueden proferir la miseria que pretendo como diferencia específica, mientras los tuyos sólo besan el desprecio por ese amor que no sólo has olvidado, sino porque tienes miedo, y yo no me atrevo a decirte que te amo.

January 01, 2009

Una vida... una farsa

La vida es una farsa que a la mayoría le gusta seguir, como si fuera un guión de teatro, como si cada día que despiertan se levantará el telón y diera comienzo aquél espectáculo increíble. Lucidos espectadores que se asombran con los amoríos, los triunfos, la felicidad y la alegría de los hombre y mujeres que compiten por el aplauso de una sociedad ignorante y patética, y sin embargo son ellos, seres grises, caras sin rostro las que dan su aprobación y aún más, las que dan el reconocimiento tan esperado a los que los engañan con una sonrisa, con un gesto, con un apretón de manos, o simplemente con un te quiero. Y detrás de ese mundo feliz, la tramoya en realidad conoce sus verdaderos "yo"; un infiel que dice amar a su esposa después de haberla engañado durante diez años de farsa, pero que a los ojos de aquellos títeres que aplauden, son el matrimonio perfecto de un trillado cuento de hadas. Aquél exitoso hombre, de una moral intachable, de gran renombre, el modelo a seguir; un miserable jugador que ha perdido incluso la poca dignidad que le quedaba en la mesa, pero que más si es un gran ejecutivo con una familia de plástico y una vida perfecta cuando empieza la función. Y finalmente yo, aquél que todo lo ve, alejado de la muchedumbre y los aplausos, yo no tengo cabida en el diálogo de este espectáculo, solamente limpio la tarima cuando se cierran las cortinas y las luces se apagan detrás de la ilusión que crean.

December 27, 2008

Despertar

¿La negación al sentido religioso es acaso una negación de la fe? ¿Darle la espalda al reflejo es una traición? ¿Ignorar la existencia nos convierte en nada? ¿Morir es el fin o tan sólo el comienzo? ¿Para qué vivir si nunca podré contestar todas estas preguntas? Aún más, ¿preguntar sirve de algo si no se puede responder? Enfrentar la desesperación era más sencillo cuando estaba inconsciente, aguardando en el refugio de la inocencia.

November 17, 2008

Los absurdos del pensamiento

El orgullo es algo que pocas personas conservan intacto, invulnerable. Aquél cuyo nombre se convirtió en una paradoja y en una condición fatal de aceptación dirá que no hay peor trato que aquel que se le da al que con mal modo se dirige hacia uno mismo; parafraseando, si es que así me lo permite la soberbia y la mesura de quien estas líneas ha de tolerar, mientras sus ojos las desgarran para poder desentrañar su alma. De no ser así, quedará manifiesto que ninguna obra ha de escapar a una falsa apreciación, que se verá subordinada a los antojos y a los placeres de su autor en un primer plano, para ser degustada como un insignificante postre por su espectador, transformándose en un tótem de una idolatría pagana, a pesar de que sólo fuere un insignificante artefacto, por lo que sería contradictorio; pero alegarán los sucesores del pragmatismo, que es presumible que todo lo "creado" se encamina hacia una causa final en virtud del rasgo que ha imprimido la eficiente; mas, tal cuestión me confronta con una pregunta que tal vez divague sin respuesta al igual que yo, sin embargo, es necesario precisar si en algún momento se creó, se ha creado o se creará con el fin de producir un caos a partir de la destrucción sin presuponer una regeneración, lo que absuelve de creatividad o de criterio. Toda esta perorata no es sino el mero reflejo de una claustrofobia senil, provocada por un pensamiento idílico, utópico o como es que ahora se le denomine; es una bocanada negra que debe ser expulsada, tan poco común como el tratar de pensar o de intentarlo deviniendo de un encierro llamado coexistencia, ¿aislamiento tal vez?

September 10, 2008

Inocuidad

Es tan sólo una vaga esperanza la que algunos sulen tener respecto de la confianza que le pueden brindar a ciertas personas, y no se dan cuenta que los peores embates que rompen en la cara son los desplantes de desagradecimiento. Protegen los intereses de aquellos que considerán cercanos, sacrifican su vida para lograr la resurrección de las almas pérdidas que los rodean, y aquéllas prefieren seguir vagando por los eternos rincones de su egoísmo, viven en una fantasía tan efímera que la carcajada que emanará de las fauces del sarcasmo les hará ver que su rechazo sin razón les ha convertido en seres miserables.que viven una felicidad idilíca pero mísera y caduca. Cambiar para poder colegirlos errores de los demás suele ser sólo otro camino a la perdición de la voluntad, entregándola a un ser que lo único que ahora merece es el desprecio, siquiera por no ser ni en lo más mínimo merecedor del rencor y recuerdo de los que ahora son bianaventurados en sus propios deseos y libertades.