February 08, 2008

Vorágine

No tardarás en proferir infamias contra ella, en reclamarle todo lo que te ha quitado, en descubrir que el despotismo y la hipocresía son las únicas cartas que pueden ganar esta partida. Tocarás su mano y no volverás a soñar, pero siempre estarás dormido y temeroso de tener que regresar a sufrir junto a ella. Las guerras más cruentas no son encrucijadas entre hombres que sostienen su ira y su odio contra otros, ¡no!, ese desgarramiento del ser, acontece cuando la espada desenvainada tiene por objeto destruir a quien la empuña.
El desprecio es una muestra de indiferencia aunque para ésta no valga nada; entre tantas disgresiones y coyunturas existe un punto caótico y cataclismico que erguido ante sus malsanos defensores subsiste sin ayuda de otro que o sea él mismo, sí, su camino es escabroso, pero aquél que llegue a ese punto envuelto en caos, hallará las respuestas que le persiguen y le atormentan, o tal vez no encuentre respuestas, pero sí olvidará que alguna vez tuvo preguntas.

6 Comments:

Blogger Juan Manuel Escamilla said...

Acá somos un manojo de dudas. Lo curioso es que nos movemos como si tuviéramos certezas.

12:05 PM  
Blogger eclipse de luna said...

Olvidar que alguna vez tuvo preguntas..me gusta esa idea, tanto como lo que escribes..
Un besito y una estrella.
Mar

8:06 AM  
Blogger Marifer said...

No creo que se olviden las peguntas... cada vez son más y mientras no tienen respuesta, nos inquietan... nos persiguen... aunque si, algunas veces hacemos como si tuvieramos todas las respuestas.Naaa, nada de eso!

6:13 PM  
Blogger Juan Manuel Escamilla said...

¿Y qué? ¿No hay nuevas entradas para los lectores voraces?

10:02 AM  
Blogger meridiana said...

desdoblamiento, de verdad que la herida central, es una espada que se envaina en uno mismo.

pero luego viene el caos y esa posibilidad de quedarse en las preguntas o negarlas (evitando el tormento?)

como Garcín pregunto: hay nuevas entradas para lectores voraces?

un abrazo
Lilián

2:46 PM  
Blogger meridiana said...

la duda nos abraza y hace de nosotros sus hijos. Las certezas se escapan entre las horas en las que el puñal nos apunta.

Un saludo

Vanesa Aldunate

5:00 PM  

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