Réquiem II
El coro de ángeles se escucha en la lejanía, las trompetas ensordecen al unísono, alejándose entre los gritos y lamentaciones de cada uno de los hombres que contemplaba el final de sus vidas, el principio de la eternidad inconclusa, el destierro de sus almas a la inmundicia en la que se habían revolcado durante tanto tiempo. La sangre se derrama frente a los ojos inocentes de los paganos entre el devenir del mundo y la consagración de la muerte, la resurrección de los siglos, el culmen de la putrefacta historia, cíclica y reiterativa, nada han aprendido los miserables de sus tragedias, y ahora serán simples testigos de la más cruenta batalla entre los dos grandes paradigmas. El abismo que se abre entre las alas rotas del primer desterrado y la espada que empuña el castigo divino; hora ya, del pandemónium que termine con la existencia y una vez más, la muerte, la sangre y la devastación traerán consigo la gloria que se perdió con el primer destierro.
5 Comments:
Vengo a saludar y leerte. Besos y cuidate.
Esta muy bien este relato corta del demonio.
En el devenir del mundo hemos callado, nos hará gritar la espada suspendida a centímetros de nuestras cabezas o nos hundiremos en el abismo forzando ese otro destierro?
Hacía un tiempito que no pasaba por aquí, esa frase final en el Cazador furtivo sobre arribar a otra orilla desde la muerte es inquietante.
Un abrazo
Lilián
Un premio para Usted Alucard "al esfuerzo personal" en Meridiana.
Un abrazo
Las Meridianas
Las flaquezas hieren el espíritu
Vanesa Aldunate
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