Carta a una mujer

Te he visto derramar lágrimas y mojar las sábanas de tu cama mientras miras como se marchitan las rosas de un jarrón en una esquina de tu habitación. Con desprecio rompes un montón de cartas de aquél que te prometió amor, del que te juro comprensión. Antes atesorabas sus palabras ahora sólo deseas olvidarlas. Sé que no es el mejor momento, y que has pasado por un gran lamento, pero creéme, yo te amo. Ahora entiendo que las palabras no significan nada, si no se acompañan con amor y comprensión, que las flores se marchitan si no se les da atención y cariño, que a una mujer aunque a veces no se le entienda, siempre se le debe de amar sin importar siquiera el orgullo propio. Hoy sólo quiero borrar esos amargos recuerdos de tu alma, hoy quiero que encuentres la felicidad. No quiero que me conozcas sino que me dejes conocerte y que me permitas amarte hasta la muerte.

Estas líneas están dedicadas a una lectora que no tengo el gusto de conocer,
pero que estimo y cuyo nombre es Ale. Que el amor que esperas te lleve
pronto a la felicidad, puesto que lo mereces, eres una gran chava.