Velo de Juventud
Todos los días veo a pequeños muchachos recorriendo el duro asfalto con una sonrisa en el rostro. Sólo saben sonreír y reírse de la vida en compañía de sus amigos, mientras cruzan la acera que los separa antes de llegar a su destino. No tengo la fuerza necesaria para quitarles la venda de los ojos. No me atrevo a contarles la verdad.
Ante sus ojos el velo de la juventud los ciega y los envuelve en dulce mentira y plácida tranquilidad. No conocen la verdadera cara del mundo, no saben que es cruel e indiferente. Jamás imaginan que en él existe la maldad, y mucho menos que la gran marea de la enajenación los pueda ahogar entre sus olas. Pero no seré yo quien despeje la niebla que les impide ver la realidad. No, de aquello se encargará alguien más sabio, alguien que también quebró el espejo de mi identidad y aparto de mi sueños e ilusiones irrealizables. Y no puede ser nadie más que la vieja experiencia ayudada por los consejos de la madurez.
Ante sus ojos el velo de la juventud los ciega y los envuelve en dulce mentira y plácida tranquilidad. No conocen la verdadera cara del mundo, no saben que es cruel e indiferente. Jamás imaginan que en él existe la maldad, y mucho menos que la gran marea de la enajenación los pueda ahogar entre sus olas. Pero no seré yo quien despeje la niebla que les impide ver la realidad. No, de aquello se encargará alguien más sabio, alguien que también quebró el espejo de mi identidad y aparto de mi sueños e ilusiones irrealizables. Y no puede ser nadie más que la vieja experiencia ayudada por los consejos de la madurez.
1 Comments:
Totalmente. Pero como idealista que soy, sostengo que el permitir ser enajenado por cruel y triste realidad es lo que causa de la misma. Envejecer y mantenerse joven al mismo tiempo, que bello imposible, ¿no?. Por cierto, hace un chingo que no posteo (sólo tengo un post, que patético), busco inspiración, ¿alguna idea?
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